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Meditación

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Medita cada día para que tu vida no quede atrapada en interferencias sin sentido y puedas desarrollar tu potencial como ser humano.

Medita cada día para pensar, actuar y comunicarte desde tu interior de forma más clara y espaciosa.

Medita cada día para conectar con tu trabajo, para que tu trabajo te haga ser mejor persona y no para tener que trabajar para ser una mejor.

Cuando meditas lo suficiente las capas de tensión comienzan a desvanecerse.

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Hasta los años 90, el único contexto de investigación de la meditación era el espiritual y, por tanto, no había investigación científica. Afortunadamente, a principios de este siglo ha habido un acercamiento entre la ciencia y la tradición. La comunidad científica se ha dado cuenta del análisis pormenorizado que hacen de la mente las tradiciones meditativas, en especial las orientales. Ahora, la comunidad científica, liderada entre otros por Richard Davidson, está encontrando enormes similitudes entre sus últimos avances en neurociencia y lo que ya estaba escrito en textos remotos como el Satipatthana Sutta sobre los resultados práctica de la meditación y están encontrando los “porqués” de sus beneficios.

La neurociencia ya ha ratificado los beneficios de la Meditación Mindfulness en cuatro grandes áreas de la mente:

El proceso atencional: Aumenta la capacidad de atención, focalización y concentración. Se practica mediante técnicas como la atención a la respiración y se relaciona con el córtex cingulado anterior.

La conciencia corporal: Disminuye la tendencia a juzgar la experiencia interna, nos ayuda a comprender la experiencia externa y nos otorga una mayor capacidad de tomar decisiones. Se practica mediante técnicas como body-scan y se relaciona principalmente con la ínsula.

La regulación emocional. Durante la meditación, uno se expone a todo lo que está presente en el campo de la conciencia, observando estas experiencias sin alterarlas o reaccionar a ellas. Eso permite atender a las emociones o sensaciones desagradables desde una actitud genera habituación y mayor capacidad de sostenerlas y regularlas. Se practica mediante técnicas de atención a los contenidos emocionales y se relaciona con la amígdala, el córtex prefrontal y el hipocampo.

Cambios en la perspectiva del yo. Se conoce como el «no-yo» y emerge con la experiencia de la práctica continuada. La observación sin juicio y amable de la experiencia permite la desidentificación de los contenidos de la conciencia, hecho que sucede al observar su naturaleza cambiante e impropia. El experimentarse uno mismo no separado del resto, de la mano de la observación del cambio constante, permite el proceso de repercepción de uno mismo. Se practica mediante técnicas de atención a los contenidos mentales y la meditación de la bondad. Se relaciona con el córtex cingulado posterior, el núcleo accumbens y la ínsula.

Y entrando en la explicación científica del porqué la observación sin juico cambia el cerebro, quería empezar resaltando a Joseph LeDoux, (NY City, 7 de diciembre de 1949), quien descubrió en el año 1984 una vía de comunicación desde el tálamo (la parte que recibe y gestiona la información de los sentidos) hasta el córtex prefrontal (la parte racional del cerebro) que pasa por la amígdala.

Antes se creía que sólo había una línea directa desde el tálamo hasta el córtex. La visión convencional de la neurociencia era que el ojo, el oído y otros órganos sensoriales transmiten señales al tálamo y, desde ahí, a las regiones del córtex encargadas de procesar las impresiones sensoriales y organizarlas tal y como las percibimos y ya está.

Al intervenir la amígdala todo cambia, ya que ella tiene un papel crucial en la regulación emocional, es como una especie de centinela psicológico que afronta toda situación, toda percepción, considerando una sola cuestión, la más primitiva de todas: la supervivencia. Así que eso supuso una revolución a la hora de comprender la importancia de la gestión de las emociones para los seres humanos.

Años después se pudo medir, gracias a la técnica de neuroimagen, que la vía tálamo-amígdala-córtex es mucho más rápida que la vía tálamo-córtex. La primera tarda unos 220-250 ms, en cambio la segunda tarda entre 60 y 80 ms hasta la amígdala y unos 100-120 ms más de la amígdala al córtex haciendo un total de 160-200ms.

Eso quiere decir que la amígdala, que forma parte del cerebro inconsciente, se entera antes que nosotros de lo que ocurre. Así que primero sentimos y luego comprendemos.

LeDoux nos dice “La amígdala asume el control cuando el cerebro todavía no ha llegado a tomar ninguna decisión. Así pues, la emoción es más fuerte que la razón, porque es fácil para la emoción controlar la reflexión, y en cambio es muy difícil que el pensamiento racional controle la emoción. Cuando sentimos ansiedad o depresión, la razón puede decir basta, pero casi nunca consigue eliminarlas”

Años después se ha demostrado que la práctica de meditación ayuda a establecer conexiones más potentes en la misma vía, pero en el sentido contrario, es decir, entre el córtex prefrontal y la amígdala, según varios estudios de la investigadora Sara Lazar entre otros.

Se ha observado que cuando hay mucha conexión en la dirección amígdala-córtex y poca en la dirección contraria hay mucha reactividad, poca regulación emocional. El hecho de meditar, y la clave está en el hecho de observar sin jugar y sin reaccionar, facilita que las vías de conexión de vuelta a la amígdala se refuercen, consiguiendo de esta manera enseñar a la amígdala a no reaccionar tanto y estableciendo así las bases de una mejor regulación emocional.

Sara Lazar ha podido probar estos cambios en personas que han realizado programas de Mindfulness y también ha probado que si se deja la práctica estos caminos también se van borrando; así que solamente manteniendo la práctica podemos conservar caminos fuertes de vuelta del córtex a la amígdala.

Para finalizar y, en este sentido, LeDoux nos dice «Hay muchas más fibras nerviosas en el sentido de la amígdala al córtex que en el sentido contrario. De modo que cuando meditamos trabajamos el refuerzo de las señales que van del córtex a la amígdala, también lo conseguimos cuando vamos al psicólogo haciéndolo gracias a las palabras. En cambio, la farmacoterapia trabaja de otra manera, hace que las vías de comunicación que van de la amígdala al córtex tengan menos potencia, ayudando a debilitar las señales que van en este sentido».

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Yongey Mingur Rimponche

Tres claves para la meditación según Yongey Mingur Rimponche

Hoy, con mi pareja y mi hija, hemos dedicado buena parte de la tarde a explorar un tema: la carta natal. ¿Cómo es posible que nacer en un aquí y un ahora concretos puedan determinar tantas facetas de lo que va a ser tu vida? Es curioso que la posición de los planetas del Sistema Solar y la Luna estén tan unidos al devenir.  

Ahora, seguramente por lo investigado durante la tarde, se me ocurre definir la vida como todo aquello que ocurre entre la primera inhalación y la última exhalación. Y eso hace que me acuerde de mi primera sesión de meditación, en Espai Obert, a principios de 2016; tampoco hace tanto, en que me di cuenta de la trascendencia de la respiración y empecé a observarla.

En mi caso comencé gracias a un buen amigo me aconsejó la meditación como una alternativa a los antidepresivos y ansiolíticos que en ese momento estaba tomando, debido a una grave crisis personal que se inició por la pérdida de la posición de Director General en el trabajo.

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Insight Timer

La meditación es práctica, sabemos que no obtenemos beneficio sólo con el conocimiento teórico sobre ella. Practicar, practicar y practicar es la clave.

Cuando uno va a un curso de Meditación, de Mindfulness o a un retiro, todo es más sencillo. Bien sea por el recordatorio semanal de la clase o por la fuerza del grupo, la predisposición a la práctica de meditación es más alta. Esta predisposición incluso se alarga durante unas semanas después del curso, pero a casi todo el mundo le pasa que se va desvaneciendo y uno va parando hasta que deja de sostener la práctica. Y luego, cuesta arrancar de nuevo.

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El parpadeo de la atención

¿A quién le estoy regalando mi atención?

El psicólogo norteamericano William James (1842-1910) dijo que poseer una capacidad de atención firme es una gran ventaja.  Escribió que “la facultad de voluntariamente traer de regreso una atención errante, una y otra vez, es la verdadera raíz del juicio, el carácter y la voluntad”.

James reconoció la gran importancia de la capacidad de mantener voluntariamente la atención en un tema escogido y declaró que una educación que pudiera mejorar de manera efectiva esta facultad sería la educación por excelencia.

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