Barriendo la casa
La práctica de la meditación no necesariamente te va a hacer sentir mejor, lo que sí que te permite es abrir la posibilidad de ver las cosas con mayor claridad para que emerjan nuevas soluciones a los problemas de siempre.
A veces, las sensaciones, las emociones, los recuerdos y las proyecciones que aparecen durante una práctica de meditación son difíciles de manejar y digerir, sobre todo si aparecen sin esperarlas. Es por eso que es importante que dediques un tiempo, después de la práctica a interpretar alguna de esas experiencias que surgen de la práctica. Puedes hacerlo contigo mismo, de la mano de un instructor, de la familia o de quien consideres apropiado.
Ten presente que no es la práctica meditación la que provoca las sensaciones o las emociones desagradables, sencillamente ocurre que, al entrar en un estado de introspección, sin distracciones, sin añadir nada más, sólo atendiendo a la experiencia del momento presente, te estás dando la oportunidad de dejar salir las tensiones acumuladas durante el día, a lo largo de los años o de toda la vida.
La meditación es como barrer la casa, mejor un poco cada día y eso te permite ir limpiando y soltando. Es una forma de reconectarte con tu interior, tu cuerpo físico y de liberar tensiones.
Limpias para que no llegue el día en que la casa no sea imposible de estar y, mientras limpias, recuerda que verás el polvo y como más luz hay más polvo ves, así que ten en cuenta que, si eso ocurre, vas bien, muy bien. Que surjan emociones contenidas, que salgan, aunque no tengan una explicación, que se disuelvan.